"Tengo que contarte tantas cosas, primero déjame contemplarte en silencio, que mis ojos reposen en tus mejillas largamente, como si fuesen mi almohada echa de hojas verdes que me animan a soñar contigo, después de un largo viaje cruzando el mar como los delfines. 
He notado desde las alturas, tus energías son cálidas y brillantes, al mismo tiempo vehemente, muchas veces incrédulo, pobre de tí, queriendo tus olas tocar el cielo, no hace falta tal derroche de soberbia, si tienes confianza en tu universo, hasta los astros te lo agradecerían, y más tu noble y vibrante corazón. Calma, ahora estoy en tierra firme, te invito a dar un paseo y dame de beber. En hora buena de verte otra vez"
Un saludo

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