Allanando el camino.
Como un soplo divino arremete y echa al vacío
lo que ya no hace falta, como una rueda; cambios.
Para encontrar el sendero cuesta arriba escalar
la pendiente, con la bruma y tempestades como
rivales son insaciables, despreciables, ruines.
Tiene alma de mariposa, tiene cuerpo de cenicienta
pero está allí, con
sus pinceles de pluma, lista para
emerger y darle
forma…Sería gloriosa realización.
El alma está allí, lo conoce todo, palmo a palmo
mas la cabeza es como árbol que para ser frondoso
haría falta de sus hojas y de sus ramas.
Entonces no tardaría la buena estación en llegar.
Abonar la tierra como el alimento de la creación.
A ese árbol que su valía está como ausente, le
crecería todo lo que
corresponde., hojas, frutos,
flores…Entonces, sería un señor árbol como roble
fuerte, orgulloso, satisfecho, y complaciente.
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