¡ Déjame que te cuente mujer.¡

Mechita déjame que te cuente lo que he sentido;

que tarde tan privilegiada para mis sentidos y muy    

cerca del río manzanares, con una vista panorámica helada

con ese halo de misterio y ese puente por las noches subyugante

al igual que el Matadero municipal donde se disfruta el arte,

la cultura, conciertos y todo cerca de tu casa en Legazpi.

Una velada apetecible, grandilocuente lo he pasado muy bien.

Cautivada he quedado por el inmenso corazón que tienes.

Dulces palabras, desbordante espíritu que ofrecer y esa alma

vibrante que tienes lo conjuga todo. Así eres tú.

Se que tienes como tesoro valioso…tu corazón, lo sé.

tan humilde y tan grandioso a la vez.

Las experiencias vividas te han otorgado la sabiduría y

la plenitud que es la mejor de este mundo y yo lo admiro.

Eres  muy divertida y  me  has dejado muy sorprendida;

con los dos candelabros y el candil en doble sentido

que tardíamente lo he captado, pero he reído mucho más

hasta la tripa me ha dolido de tanto jolgorio.

Ni que hablar del salto del tigre que no lo imaginaba,

no es que sea puritana, pero hasta ese punto no llego.

Solo puedo decirte que mi corazón está hecho un fogón

de esos que no se apagan fácilmente y se convierten en una

braza muy caliente difícil de apagar, al borde de una locura

 total,  imagínate hasta río de mis locuras, no me cabe

el aliento para más.

Mechita tengo que explayarme,  porque lo vale,

para decirte gracias por las dos perla como le llamas,

me encantan los pendientes, collares y son de perlas blancas,

y tú como si fueras mi madre completas el juego en mí.

Gracias por el regalo…el universo te lo agradece y yo también.

La Sidra, los deleites en la mesa y todos mis sentidos

han disfrutado junto a tu preciosa familia, al compás de una

melodía de antaño, hermosa canción de los panchos,

nostalgia de recuerdos añorados, muy atesorados.

Yo te comprendo no te imaginas cuanto.

Igualmente te conserves tan guapa como siempre, con

 ese salero tropical, alegre, elegante y muy singular.

Que tu andar por este mundo continúe muy agradable.

Y que Dios te bendiga y te regale siempre la buena fortuna

y la alegría de vivir.