¡El Día de la Madre!
Un entrañable sentimiento me embarga y está incólume en el corazón que abrigo para ella. Algo me impulsa a escribirle a mi ausente Madre.... Ella se llamaba Justina, era alta, de tez morena y erguida de porte, sus cabellos eran de color azabache brillante, echa de largas trenzas para el trabajo duro y arduo que le tocó vivir. Mi madre también era como águila protectora, por instinto a sus polluelos, ella era el libro mas versado en experiencias altruistas, cuando la vida le encomendó la tarea. Guerrera por naturaleza en el azar de los infortunios del camino, que a su paso encontró y le tocó doblegar. Siempre la vi como domadora de los tiempos duros. En mis momentos de eclipse emocional, traía entre sus manos rayos del sol, para cálidamente llenarme de las fuerzas necesarias, para así, poder reaccionar y del suelo poderme levantar, con más entereza y valor. Sin saberlo ella, depositó en mí, la chispa, el ingenio de sortear los obstáculos y escalar el mundo en forma optimista y constante. Y me impulsó a la curiosidad de lo que hay más allá por descubrir, cada vez más. Y el compartir toda ocurrencia creativa con los demás. Así era mi madre alegre, vivaz, y muy creativa ¡Como la echo de menos!,....A veces la siento en el silencio eterno de mi soledad, siento que ella vive conmigo, muy dentro en el hogar cálido de un corazón que yo he construido para ella, y saber eso.. me tranquiliza y me da seguridad.!! Recibe muchos besos.

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