¡Qué me cuentas para quererte días dulces y amargos, que los desencuentros están a la vuelta de la esquina, y yo te miro a los ojos y solo encuentro un vacío intenso como la noche más negra, tus palabras se tambalean antes de caer al vacío infinito, sigo mirándote a los ojos y veo un artificial sentimiento y de hielo, que no se sostiene con el ultimo aliento que sale de mi pecho inflamado,¡ Hay corazón mio!, como he de perderte si estas conmigo aquí siempre, por lo menos a ti te tengo espacio mío, porque son solo míos los sentimientos que se mantienen en una hoguera muy calientito. Y tú, no se que distancias tomarás y seguramente en los caminos nuevos de serpentinas y espejismos te perderás, lo sé muy bien. El viento fresco de la mañana se aproxima sonriendo, viene a echarme una mano, se lleva las pocas raíces que tu dejaste, y los gallos y pajarillos cantan felices anunciando la claridad de un maravilloso día!

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