Cartas a un Angel Llegaste a mí, un día cuando tenía frio, pues ansiaba abrigo maternal…de tus manos cálidas solo he recibido consuelo y esperanza. Todavía soy un niño. En tu noble corazón, hallé la grandeza que me aguarda hoy. Me sentí ángel en el edén, único en el universo. De tu fortalecedor aliento hacia mí, surgió mi poderío de hoy noble de espíritu…. hallé lo que buscaba, como tesoro ardiente en mi corazón iluminado y tus sabios consejos solo eran para mí. Hoy tu recuerdo lo venero… suspiro aquella gloria pasada. Perdona que te recuerde hoy. Te dedico lo mejor que tengo ahora, mi fortaleza interior y el ingenio para lograr todo lo que me propongo… será como un glorioso reto para mí. Mi ñatita de cariño como te decían, amante de la buena música y del piano. Te parecías a la madre de mi madre, la fortaleza lo aprendí de ti. Un día me dijiste que en mis manos está el sol, un camino que se abre ante mí. Comprendí que hoy es un tiemp
Entradas
Mostrando entradas de mayo, 2014
- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
/.... La experiencia y la lucha cotidiana lo veía él, de tal manera que decía _”que la soledad era la mejor compañía, que no le traía más problemas”, pero a veces… decía también, que por las noches en su cama solo había penurias, desencanto y un intenso frio y vacío que se hacía eterno…“Que le vamos hacer…así me ha tocado la vida.” En el último tramo, Sampietro caminaba solo, no tuvo pareja que lo acompañara , o que le curara sus heridas, o por una caída fortuita de arduo trabajo que le tocaba, hasta el sudor de puro cansancio se secaba por sí solo, cuando se dormía… Es la soledad decía, que no perdona, a veces es tan agria, indolente y sombría…no tiene alma, ni sabor, ni color. _Eso Rosalía lo sabemos tú y yo… se llama costumbre, no se ama pero se está ahí. En el ocaso de la vida humana la familia se vuelve indulgente, caritativa, más cariñosa, le cuentan pequeñas mentirijillas, como asomo de compasión. Sampietro fue arropado por