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Mostrando entradas de junio, 2014
Un gatito en el parque. En mis paseos de fin de semana por el parque del oeste, en la mañana, ya caminando,  me disponía a sentarme sobre la hierba  fresca,  ha leer mi libro, cuando sorprendentemente pude oír que  venía un maullido, como un grito agudo repetidamente, como pidiendo ¡ auxilio ¡, ¡socórreme por favor ¡.  Estaba localizado por detrás de una gruta, donde nace un manantial de agua muy fresquita.  Algunos dicen que es medicinal…pero eso es otro tema que les contaré otro día. El  maullido de un gatito  llamó poderosamente mi atención,  su maullido era muy persistente, más de uno lo sintió. Estaba en medio del  parque ,  en la copa de un árbol grande y alto, casi inaccesible, difícilmente se le podía ver, se tambaleaba en una de sus ramas, pero estaba firme.  Era muy pequeñito, podría ser de un mes de nacido,  su color era de un marrón atigrado. Pude percibir en sus ojitos el  miedo atroz que le  envolvía, ¡pobre pequeñín¡. Tal vez  estaría con hambre y sed. ¿ A cas
Allanando el camino. Como un soplo divino arremete y echa al vacío lo que ya no hace falta, como una rueda; cambios. Para encontrar el sendero cuesta arriba escalar la pendiente, con la bruma y tempestades como rivales son insaciables, despreciables, ruines. Tiene alma de mariposa, tiene cuerpo de cenicienta pero está allí,  con sus pinceles de pluma, lista para emerger  y darle forma…Sería  gloriosa realización. El alma está allí, lo conoce todo, palmo a palmo mas la cabeza es como árbol que para ser frondoso haría falta de sus hojas y de sus ramas. Entonces no tardaría la buena  estación en llegar. Abonar la tierra como el alimento de la creación. A ese árbol que su valía está como ausente, le crecería  todo lo que corresponde., hojas, frutos, flores…Entonces, sería un señor árbol como roble fuerte, orgulloso, satisfecho, y complaciente.