Mi pequeño geniecillo Llegaste a mí, un día cuando la música brincaba en mis venas, de aquella juventud lozana y traviesa. Era como una estrella cimbreante colmada de ilusiones, emociones, grandes sueños, metas por cumplir… y sin embargo cuando estuviste ahí, no te reconocí. Pequeño geniecillo, te marchaste tan pronto como llegaste y lo hiciste caminando sobre las huellas de mis pies,…. nunca más te vi. Y pensé que fue para siempre aquella despedida, como lo hice contigo un día al renunciar y le dije adiós a mi pobre y pequeño corazón, que solo quería el honor y la gloria para mí. En un momento atónito me vi, suspirando y contemplando el interior de mi corazón y pudiendo ver lo profundamente dormido que te hallabas en lo recóndito de mí ser,…. por fin te encontré. Hoy te vi despertar una vez más, mi pequeño geniecillo, mi fuego interior, has despertado en mí, a la pequeña niña soñadora…mis talentos por forjar y le has devuelto sus alas como ág
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Los pajarillos juguetones. Había quedado temprano a desayunar con su madre, a eso de las 11 de la mañana en la cafetería habitual de la calle Princesa. En un verano donde las mañana se presenta cálida y alegre. Los que circulan van con ropa ligera y sandalias, y en la mano llevan un bote de agua fresca para calmar la sed. Miguel quiere saber cómo está su madre, que desde la noche anterior que le telefoneó a su apartamento se quedó inquieto, pero también ella le dijo que luego se reuniría en el mismo lugar con otro colega para afinar el material de su trabajo. Entonces pensó que disponía de poco tiempo para hablar con su madre. Llegando a la cafetería Elizabeth recibe a su hijo efusivamente con besos y abrazos. _ Madre qué tal te encuentras_? mirándole a los ojos con cierta inquietud, no quiso preguntar más. Tuvo la sensación de que algo le sucedía. _Esto